Más de 280 millones de bicicletas, ciclomotores, escúteres, motocicletas, etc. Su mera popularidad ya está reduciendo la demanda de petróleo en un millón de barriles al día, aproximadamente el 1 % de la demanda total de petróleo del mundo, según estimaciones de Bloomberg New Energy Finance.
La revolución del transporte eléctrico es una gran oportunidad para replantearnos cómo nos movemos por nuestras ciudades y si necesitamos un coche.
Al fin y al cabo, los coches suelen tener un solo ocupante, que gasta mucha energía para desplazarse. En cambio, los ciclomotores y las bicicletas eléctricas consumen mucha menos energía para transportar a una o dos personas. También son mucho más baratos de comprar y utilizar que los coches eléctricos.
Si recorremos 20 km al día en una bicicleta eléctrica, cinco días a la semana, el coste de recarga sería de unos 12 euros anuales.
Por supuesto, es poco probable que se utilicen ciclomotores o bicicletas eléctricas para viajes interurbanos. Su verdadero valor está en los trayectos cortos –el colegio, la compra de leche y pan o incluso los desplazamientos al trabajo–, en los que se tarda lo mismo o menos que en coche.